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Itinerarios para adolescentes y jóvenes

A continuación podrás descargar el documento de Anexos que complementa los entrenamientos para la formación de formadores de acompañantes:

Documento de Anexos - entrenamientos para la formación de formadores de acompañantes

 

ITINERARIOS DE INICIACIÓN CRISTIANA DE ADOLESCENTES Y JÓVENES

 

 

 

Itinerario denminado: “Dios hace nuevas todas las cosas” (Inspirado en el libro de Papa Francisco: Dios es joven). Contiene los entrenamientos para la formación de formadores y acompañantes de jóvenes, quienes adquieren herramientas pedagógicas pastorales para que, junto con los adolescentes y jóvenes, sinodalmente se estructure en cada comunidad la ruta de itinerarios que consideren más pertinente.

Presentación

Desde el inicio de su pontificado el Papa Francisco ha invitado a la Iglesia a llevar un verdadero camino sinodal con los jóvenes de hoy. Y no sólo porque en el año 2018 se haya llevado a cabo un sínodo de obispos sobre los jóvenes. Es también un llamado a que la conversión misionera toque y renueve los caminos de encuentro entre Iglesia y jóvenes.

El documento final del sínodo de obispos sobre los jóvenes constata con preocupación que no obstante los esfuerzos y las innovaciones pastorales en curso, persisten situaciones en la Iglesia que obstaculizan el acompañar a los jóvenes, escucharlos, caminar con ellos.

En la arquidiócesis se Bogotá se es consciente de esta situación y de la necesaria conversión misionera de las parroquias para que sean en verdad espacios de acogida de los jóvenes, como de la misma renovación misionera y catecumenal de la iniciación cristiana de los adolescentes y jóvenes.

Para el caso de los adolescentes y jóvenes, la coordinación de iniciación cristiana y la pastoral juvenil han elaborado la siguiente propuesta de de itinerarios de iniciación cristiana de adolescentes y jóvenes, a partir del siguiente llamado del Papa Francisco: “La pastoral juvenil, tal como estábamos acostumbrados a desarrollarla, ha sufrido el embate de los cambios sociales. Los jóvenes, en las estructuras habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas y heridas. A los adultos nos cuesta escucharlos con paciencia, comprender sus inquietudes o sus reclamos, y aprender a hablarles en el lenguaje que ellos comprenden. Por esa misma razón, las propuestas educativas no producen los frutos esperados”.

Itinerario a partir del interés de los jóvenes

Se proponen cuatro caminos a partir de los intereses de los jóvenes a su vez, los signos del Reino que caracterizan toda experiencia comunitaria de fe: Palabra, Servicio, Liturgia, Oración - Sacramentos y Comunión – comunidad; caminos que a su vez guardan correlación existencial y teológica con intereses vitales de los adolescentes y jóvenes:

 

Interés juvenil

Jesús

Comunidad cristiana (signos del Reino – escenarios para los itinerarios)

Búsqueda de sentido

Anuncia la Buena Nueva

Palabra de Dios

Compromiso de transformación de la sociedad desde los pobres

Entrega su vida como signo de compromiso por una realidad diferente

Servicio

Celebración, arte y simbología

Vive y nos invita a una nueva forma de adorar a Dios y entrar en relación con Él

Liturgia, oración y sacramentos

Socializar y fraternizar

Genera y vive en una comunidad de discípulos

Comunión y comunidad

 

Esta correlación entre interés juvenil, propuesta cristiana y la persona de Jesús, es un camino válido reconocido por el Papa, para encontrarse con los jóvenes en su diversidad de situaciones, ambientes y edades: “En algunos jóvenes reconocemos un deseo de Dios, aunque no tenga todos los contornos del Dios revelado. En otros podremos vislumbrar un sueño de fraternidad, que no es poco. En muchos habrá un deseo real de desarrollar las capacidades que hay en ellos para aportarle algo al mundo. En algunos vemos una sensibilidad artística especial, o una búsqueda de armonía con la naturaleza. En otros habrá quizás una gran necesidad de comunicación. En muchos de ellos encontraremos un profundo deseo de una vida diferente. Se trata de verdaderos puntos de partida, fibras interiores que esperan con apertura una palabra de estímulo, de luz y de aliento”.

 

La dinámica de los escenarios también es ocasión para que otros jóvenes que están en búsqueda puedan tener contacto con la comunidad en actividades específicas abiertas a todos y con jóvenes que ya están en camino de crecimiento continuo. Esta flexibilidad va a permitir que existan este tipo de encuentros de aprendizaje en comunidad:

  • Grupos por escenario.
  • Interacción con los grupos de otros escenarios, con todos o algunos de ellos.
  • Interacción con miembros jóvenes o adultos de la comunidad, vinculados a estos escenarios. Es decir, con adultos o jóvenes vinculados a la comunidad en experiencias de palabra, servicio, comunión o liturgia.
  • Interacción con miembros de otras comunidades o espacios eclesiales.
  • Interacción con jóvenes que participan en alguna actividad concreta.

 

Esta diversidad de interacciones y encuentros va a permitir que los jóvenes aprendan de la comunidad, que la comunidad aprenda y asuma la riqueza de los jóvenes y que a su vez jóvenes y comunidad, renueven su camino personal y comunitario en el seguimiento de Jesús.

 

Los acompañantes y su formación

Los acompañantes a formar son:

  • Adolescentes, jóvenes y/o adultos.
  • Presbíteros, religiosos, religiosas y matrimonios. 

 

La propuesta busca formar acompañantes para todos los espacios eclesiales: parroquias, colegios, universidades y movimientos apostólicos. El principio que se busca es una iniciación cristiana desde para y en la comunidad, superando así el carácter de curso presacramental a la confirmación, que la caracteriza hoy.

 

El Papa recoge en la exhortación postsinodal el perfil de estos acompañantes del mundo y de la experiencia juvenil: “Las cualidades de dicho mentor incluyen: que sea un auténtico cristiano comprometido con la Iglesia y con el mundo; que busque constantemente la santidad; que comprenda sin juzgar; que sepa escuchar activamente las necesidades de los jóvenes y pueda responderles con gentileza; que sea muy bondadoso, y consciente de sí mismo; que reconozca sus límites y que conozca la alegría y el sufrimiento que todo camino espiritual conlleva. Una característica especialmente importante en un mentor, es el reconocimiento de su propia humanidad. Que son seres humanos que cometen errores: personas imperfectas, que se reconocen pecadores perdonados”.

La propuesta pide que quienes van a ser acompañantes, cumpla con estas otras condiciones:

  • Ser un miembro activo de la comunidad parroquial o el espacio eclesial correspondiente.
  • Tener voluntad, deseo y tiempo de acompañar adolescentes y jóvenes.
  • Actitud de apertura frente a la realidad juvenil, exenta de juicios.
  • Actitudes de creatividad e innovación pedagógica y pastoral
  • Uso y reconocimiento del valor de las nuevas tecnologías de la comunicación y de las redes sociales.
  • Haber realizado o estar estudiando en la Escuela de Evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá.

Esencialmente se acoge el llamado del Papa Francisco sobre la importancia del acompañamiento personal en los procesos de crecimiento: “La Iglesia tendrá que iniciar a sus hermanos —sacerdotes, religiosos y laicos— en este «arte del acompañamiento», para que todos aprendan siempre a quitarse las sandalias ante la tierra sagrada del otro (cf. Ex 3,5).

Para el caso específico del acompañamiento de jóvenes, la propuesta acoge tanto lo dicho sobre ella en el sínodo de obispos, como lo señalado por el Papa en la exhortación apostólica “Cristo vive”: “Los jóvenes necesitan ser respetados en su libertad, pero también necesitan ser acompañados (…) La comunidad tiene un rol muy importante en el acompañamiento de los jóvenes, y es la comunidad entera la que debe sentirse responsable de acogerlos, motivarlos, alentarlos y estimularlos. Esto implica que se mire a los jóvenes con comprensión, valoración y afecto, y no que se los juzgue permanentemente o se les exija una perfección que no responde a su edad (…) Además, el Sínodo reconoce la necesidad de preparar consagrados y laicos, hombres y mujeres, que estén cualificados para el acompañamiento de los jóvenes (…)  Además, hay que acompañar especialmente a los jóvenes que se perfilan como líderes, para que puedan formarse y capacitarse”.

El protagonismo y compromiso del párroco y de la comunidad en todas las fases de la propuesta es vital y necesaria, con las siguientes características:

  • En la selección de los acompañantes.
  • En la cercanía pastoral a cada uno de ellos.
  • En la apropiación de la pedagogía de los itinerarios por escenarios diversificados, abiertos y complementarios.
  • .En acompañar la formación inicial.
  • En la formación permanente.
  • En la puesta en marcha de los itinerarios.
  • En su presencia activa en los itinerarios que se realicen en su comunidad.